El desarrollo de las nuevas tecnologías, la expansión de las redes sociales y la mayor digitalización, conduce a un consumidor cada vez más informado y exigente.
Esta hace que el consumidor demande productos alimenticios nutricionales, con una composición exclusiva de sustancias inherentes a ellos mismos y que en su proceso de producción, elaboración y transporte hayan tenido un mínimo impacto sobre el medio ambiente.
El agricultor en particular y el sector agroalimentario en general necesitan herramientas para interactuar y poder adaptarse a este cambio.
Están surgiendo muchas opciones disponibles para este sector, pero lo que realmente se demanda, y hacia donde se está tendiendo, es a tener una única solución que sea capaz de resolver y mejorar la forma de trabajar de cada usuario.
Esto implica colaborar con un equipo/empresa multidisciplinar, que sea capaz de ayudar y proponer mejoras en todos los procesos que se abordan en el sector agroalimentario: producción, comercialización, confección y automatización en la planta hortofrutícola, gestión de personal, control de almacenes, finanzas, tesorerías, nóminas… con la premisa de implantar soluciones que se adapten y mejoren los procesos, no imponiendo software cerrado sino soluciones abiertas y customizables a la gran diversidad de formas de gestión que caracteriza el sector agroalimentario.
La diferenciación del sector agroalimentario con otros sectores económicos es la producción en el campo. Realmente todo un reto, manejar seres vivos (cultivos) en un entorno cambiante (el ambiente) donde ninguna campaña/ciclo es similar al anterior y donde 2+2 suele ser aproximadamente 4.
Para ser competitivo en el sector, se precisa de incorporar todo el conocimiento y tecnología disponible. Esto requiere vincularse con socios tecnológicos que conozcan la realidad del campo, las distintas posibilidades de manejo y, sobre todo, que tengan la capacidad de ayudar a incorporar las herramientas de la agricultura 4.0 de forma consumible y rentable para los técnicos y agricultores.
Tenemos que entender la Agricultura 4.0 como el siguiente paso a la digitalización, donde se incorpora el equipamiento necesario para la adquisición de datos en toda la cadena agroalimentaria para posteriormente procesarlos.
Este procesamiento y análisis de los datos incorporando computación en cloud, junto técnicas de analítica avanzada (Big data e Inteligencia artificial) nos permite tomar decisiones en tiempo real. Esto nos posibilita hacer un uso más eficiente de los recursos, obtener alimentos más salubres y poder conocer y adaptar la producción a las nuevas tendencias de la demanda del mercado de forma casi inmediata.